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Innovación de una empresa argentina que genera furor en el mundo

Argentina ANTIOXIDANTES

Manzanas de pulpa roja. Son el resultado de un proceso de cruce y selección de variedades desarrollado por agricultores y científicos; el proceso comenzó en Europa y hoy una firma argentina es integrante del consorcio que las produce.

Manzanas de pulpa roja son ejemplo de innovación y potencia productora, además de una opción interesante para quienes buscan una experiencia diferente en alimentos.

Comercializadas bajo la marca Kissable, la empresa Moño Azul, oriunda del Alto Valle de Rio Negro, es integrante del consorcio que las desarrolla en el país y las vende al exterior. Sin embargo, su origen se remonta a un proceso de cruce y selección de variedades iniciado por agricultores y científicos en Europa.

Las manzanas Kissabel son conocidas por su apariencia única con piel y carne rojas, y su sabor equilibrado entre dulce y ácido, que puede variar ligeramente según la subvariedad y la madurez de la fruta, señaló a Agrofy News Nicolás Sánchez, el actual CEO de Grupo Prima, compañía exponente de la modernización en el rubro frutícola y dueña de Moño Azul y Patagonian Fruits, esta última reconocida por ser la primera firma exportadora más grande de la región.

Entre sus características principales, las manzanas Kissabel de pulpa roja tienen un sabor intenso. El empresario señaló que su exterior es crujiente y su interior jugoso, con el color de su carne rosada. Dicho sabor puede variar ligeramente según el tipo de Kissabel, ya que existen diferentes subvariedades de esta manzana.

“Algunas personas las describen como agridulces, con notas de frutas rojas y un toque de acidez. Vale mencionar que la intensidad del sabor puede depender de la madurez de la manzana, ya que las más maduras tienden a ser mayormente dulces”, explicó el titular de Grupo Prima.

En este sentido, aseguró que llevaron a cabo una muy importante inversión en el desarrollo de esta variedad en el país. En el en el hemisferio Norte ya están las primeras manzanas a nivel comercial y están teniendo un éxito muy bueno.

La historia de Patagonian Fruits y Moño Azul tiene sus raíces en la cosecha de peras y manzanas en el Alto Valle de Río Negro. Todo comenzó con Hugo Sánchez, un referente del sector y el fundador de Expofrut, quien en 1999 creó Patagonian Fruits, que ganó terreno en la producción y venta de frutas.

Fue en el año 2009 que Nicolás Sánchez, hijo de Hugo, empezó a trabajar en la compañía, tomando poco a poco las riendas del imperio familiar.

En 2017, comenzó a liderar la compañía, y un año después, en 2018, gracias a su impluso, se alcanzó un hito significativo con la adquisición de Moño Azul, un sello emblemático en la región.

En 2019, también incorporan la marca Expofrut y comienza un camino de reorganización comercial puertas para adentro. “En 2020 se crea Grupo Prima, que aglutina las marcas Patagonian Fruits y Moño Azul. Grupo Prima es el Holding y Patagonian fruits es la empresa que consolida todo el vertical de agroindustria del grupo”, explicó Sánchez sobre cómo se estructura hoy en día el negocio que los posiciona como máximos exponentes en el sector frutal y encarando nuevos desarrollos para lograr la máxima calidad productora.

A partir de estas adquisiciones, se efectuó una transformación significativa, con el objetivo de revitalizar la imagen de la firma y la producción.

Se implementaron mejoras en las chacras y se modernizó la tecnología. El enfoque se centró en mantener la calidad histórica de las manzanas Moño Azul y transmitir valores de salud, frescura y espontaneidad a través de un rebranding.

Los productos de Moño Azul se distribuyen en fruterías, verdulerías y almacenes de supermercados en toda Argentina. Además, se destaca por ser la primera en su categoría en lanzar un e-commerce directo, lo que permite la comercialización en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y la zona norte en calidad premium.

Entre todas las empresas agrícolas, el grupo reúne alrededor de 4000 empleados en su nómina, sumando a los trabajadores permanentes y temporarios. En lo que respecta a las exportaciones de peras, manzanas y kiwis, exportan a más de 40 países a través de las marcas Moño Azul y Patagonian Fruits. Algunos de los mercados relevantes de la compañía son Estados Unidos, Canadá, Europa y Asia.

“Las exportaciones de frutas están sujetas a regulaciones y requisitos específicos de cada país importador, como inspecciones de calidad y fitosanitarias. Los productores y exportadores en la región de la Patagonia deben cumplir con estas regulaciones para poder enviar sus mercadería al extranjero”, sostuvo Sánchez y destacó que alimentos de este tipo son altamente requeridos en los mercados internacionales.

Algunas de las certificaciones internacionales de sus manzanas, peras y kiwis son: Orgánico, Demeter (Biodinámico), Orgánico Colombia, Orgánico Brasil, GLOBALG.A.P, GRASP, Tesco, BMP, HACCP, BRCGS, SMETA, Seguridad en la cadena de suministro (Walmart), TESCO (Auditado por cliente), Alimentos Argentinos, Bio Suisse.

En 2021 Moño Azul inauguró, junto a la Fundación Si, una Residencia Universitaria en el departamento de General Roca, en Río Negro, donde 12 jóvenes de zonas rurales de diferentes provincias que realizan sus estudios superiores en la ciudad pueden vivir de manera gratuita.

La misma se sostiene económicamente gracias al aporte de la empresa que busca apostar por la educación de jóvenes que, de otra manera, no podrían continuar después de finalizar el secundario y sin ningún tipo de ayuda estatal, gubernamental ni partidaria. Sánchez colaboró con diferentes proyectos para organizaciones como Endeavor, instituciones deportivas, deportistas, o comedores, entre otros, con la vocación de concretar distintas acciones sociales.

“Pero teníamos en mente algún proyecto en el que podamos tener una mayor perspectiva, y que además se vincule con la educación, mi abuelo Antonio fue el director de la ENET de Roca y tuvimos mucha relación con la enseñanza. Por lo que llevar esta iniciativa, que ayuda a formar a un montón de chicos, nos otorga una gran satisfacción mayor”.

Cabe destacar que la Residencia Universitaria Moño Azul, brinda alojamiento, alimentos, ayuda económica para la adquisición de material de estudio y viáticos a jóvenes, así como asistencia médica, psicológica, psicopedagógica y de apoyo a quienes lo requieran como condición para estudiar.

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