Este será un año de regreso a la cocina de proximidad y temporada, a los ingredientes de siempre y los productos del huerto que durante años han sido eclipsados por la tendencia vanguardista, resurgen algunos superalimentos exóticos que pueden arrasar con la preferencia precisamente porque hasta ahora el consumidor estuvo privado de ellos.
Despues de los años pasados en pandemia en donde que no pudimos probar cosas nuevas, ahora todo indica que cada vez más nos apetece consumir alimentos poco habituales en nuestras mesas, desde el pan de carbón activado al jackfruit.
Esta fruta, también conocida como yaca o jaca, se ha puesto de moda en todo el mundo por su asombroso parecido con la carne, de manera que ha pasado a formar parte de la dieta de numerosos veganos y vegetarianos.
En este sentido, el jackfruit es un alimento organolépticamente similar a la carne, su contenido proteico es más bien limitado, de manera que no se le puede considerar una proteína vegetal, pero si se desea buscar proteínas fuera de los productos de origen animal, lalgunos recomiendan optar principalmente por los derivados de la soja.
La yaca, ahora aclamada como la nueva sensación vegana en el mundo occidental, ha sido una parte crucial de la dieta del sur y sudeste asiático durante siglos.
Se origina entre los Ghats occidentales del sur de la India y las selvas tropicales de Malasia y estudios arqueológicos revelan que la yaca se cultivaba en el subcontinente indio hace entre 3.000 y 6.000 años.
Es la fruta nacional de Bangladesh y Sri Lanka, y la fruta estatal de los estados indios de Kerala y Tamil Nadu.
Su imagen de puede resultar bastante intimidante, es el fruto más grande de los árboles y puede pesar hasta 50 kg y está completamente recubierto por una piel gruesa y puntiaguda, por lo tanto, llevar una yaca a casa en un hogar del sur de Asia no es una tarea sencilla.
Se debe dejar suficiente espacio, preferiblemente cerca de las ventanas, para difundir el espeso aroma a plátano y manzana, luego se utiliza un cuchillo grande untado en aceite para abrir la fruta por el centro.
Sin embargo, el arduo trabajo que se pone en almacenar y cortar la fruta vale la pena cuando pruebas sus dulces y jugosas vainas.
Esta fruta que antes no se cultivaba ni se cosechaba, y que simplemente se disfrutaba en las aldeas locales, ahora se ha convertido en una exportación popular para los estados del sur de la India.
Las yacas verdes se cosechan en plantaciones de todo el sur de Asia, luego se cortan y se enlatan para venderlas al otro lado del mundo.
La fruta está ganando popularidad por tres razones clave, en primer lugar su capacidad para imitar la carne desmenuzada como de cerdo, la convierte en un excelente sustituto de la carne de origen vegetal para veganos y vegetarianos.
En segundo lugar, está repleto de vitamina C, potasio, fibra dietética y otras vitaminas y minerales esenciales para nuestra dieta.
Y por último, su fuerte resistencia a la sequía y las enfermedades puede convertirlo en la respuesta a los problemas emergentes de seguridad alimentaria, muchos científicos creen que las yacas podrían reemplazar cultivos básicos como el trigo y el maíz, que actualmente están amenazados debido al cambio climático.
En algunas culturas de Asia, la yaca se come tanto en su forma madura como en su forma inmadura.
La yaca madura puede ser bastante dulce con toques de plátano, piña y sabores parecidos al mango, su aroma se compara a menudo con el de su famoso primo, el durián, pero su sabor es mucho menos controvertido y mucho más tenue.
Comúnmente se come solo y también se usa para preparar una variedad de platos dulces, como el popular postre filipino, halo-halo y las semillas de la fruta a menudo se tuestan o se hierven y luego se añaden al curry.
La yaca verde, por otro lado, tiene un sabor mucho más suave con una textura fibrosa parecida a la carne, esto es lo que comúnmente encontramos enlatado o congelado en los supermercados o tiendas de alimentación asiáticas y la suavidad y el contenido de almidón de la fruta verde le permiten absorber cualquier sabor añadido, lo que la convierte en un candidato ideal para diferentes aplicaciones culinarias.
